
Construir la alternativa. Transformar Madrid.
Carolina Cordero
Cabeza de lista de Izquierda Unida Madrid, segunda en la lista de la coalición Podemos – Izquierda Unida – Alianza Verde a la Asamblea de Madrid
Hemos vivido 4 años extremadamente convulsos. Podría enumerar el sinfín de situaciones extraordinarias. O podría poner el acento en algún dato, o alguna parcela de nuestras vidas. Pero es la conjunción simultánea de la pandemia, la crisis económica y social y el auge reaccionario la que aporta un escenario enormemente complejo que es, además, especialmente negativo en la Comunidad de Madrid.
Esta etapa ha venido marcada por el desarrollo calculado del proyecto neoliberal y reaccionario del PP de Ayuso y estos dos últimos, además, de la mano de la ultraderecha. Su principal afán ha sido librar una batalla por la hegemonía social y mediática, siempre ejerciendo de adalid de las concepciones más ultras. Defendiendo abiertamente la depredación de lo público en todas sus facetas y gobernando para los multimillonarios y grandes empresarios, con los métodos corruptos a los que acostumbran.
Es verdad que llueve sobre mojado. Han sido ya casi 3 décadas ininterrumpidas de gobiernos del PP en nuestra región. Por eso la situación en la que se afronta las elecciones municipales y autonómicas este mayo es crítica. Este contexto urge a la más amplia unidad de la Izquierda madrileña. En Izquierda Unida hemos sido coherentes e insistentes en ello. Y lo hemos puesto siempre encima de la mesa, especialmente desde que se convocaron elecciones anticipadas en 2021. Hemos sido ejemplo de afán superador, y hemos aportado una voluntad constructiva para tender la mano al resto de agentes políticos y sociales. Y lo hemos hecho planteando debatir en torno al programa, alcanzando acuerdos hasta donde se pueda, y respetando la autonomía de cada organización más allá de esa base común.
Quizá no todos hayan visto tan clara la necesidad de rearticular la izquierda en nuestra región en torno a la idea de que debe ser un instrumento al servicio de las necesidades de nuestra clase. Pero nosotras y nosotros apostamos firmemente por ello desde la concepción de que la pluralidad es un tesoro. Que es necesario reconocer que cada cual venimos de vivencias, militancias y tradiciones diferentes y nos puede unir la voluntad de transformar la realidad. Por eso hemos alcanzado el acuerdo entre IU Madrid, Podemos y Alianza Verde en la Comunidad de Madrid y una multitud de municipios de nuestra región.
Entendemos este acuerdo como un punto de partida, un primer paso para la unidad y la rearticulación de la izquierda que, además, ha contado con los mimbres necesarios para desarrollarlo a nivel municipal. Sin imposiciones, desde la transparencia y la voluntad de sumar a muchos otros agentes a esas candidaturas.
También en Izquierda Unida podemos encontrar esa pluralidad y esa variedad de trayectorias militantes. En esta candidatura nos presentamos personas con décadas de militancia en la organización, y otras que se han incorporado más recientemente a ella. Pero hay algo que nos une a todas las personas que nos presentamos en nuestra lista de IU Madrid: el compromiso con nuestra clase, y la defensa de sus intereses.
Algunas han vivido y ejercido ese compromiso desde el sindicalismo. Otras lo hemos hecho desde el municipalismo, y la lucha por unas ciudades y barrios dignos. Algunas personas integrantes han destacado en la defensa de los servicios públicos. Y puedo afirmar que a todas nos ha atravesado el feminismo y las luchas por garantizar todos los derechos para todas las personas. Muchas somos además militantes del PCE, y muchas no lo son. Y es que todas y cada una de nosotras y nosotros tenemos una historia diferente, pero entrelazada estrechamente con los principios y la acción de Izquierda Unida.
Y es que si hay algo que nos lleva a compartir esta candidatura es que somos personas que piensan y actúan en colectivo. Algunas hemos sido elegidas para alguna responsabilidad institucional, muchas no. Algunas desempeñamos actualmente tareas de responsabilidad en direcciones. Otras participamos desde la base, desde las asambleas y redes que son el verdadero pulmón de nuestra organización. Pero todas somos conscientes de que, tengamos la tarea que tengamos, en la organización o la institución, nos debemos a los acuerdos. A los mandatos de nuestra Asamblea Regional, a nuestras normas de funcionamiento, y a lo que decida el conjunto de nuestra militancia. Y nos comprometemos a cumplir escrupulosamente con ello.
Tenemos la vocación de continuar el buen trabajo que realiza la militancia de Izquierda Unida y proyectarlo en las instituciones madrileñas. Pero somos plenamente conscientes de que, para ello, no basta con buena voluntad. Será necesario mucho trabajo para lograr un buen resultado electoral. Hará falta mucha determinación colectiva para impulsar el fortalecimiento de la izquierda madrileña. Y para ello hemos requerido y requeriremos del consejo y de la crítica de los sindicatos de clase, asociaciones y movimientos sociales y vecinales para conjugar el trabajo cotidiano de la institución con nuestras más hondas aspiraciones.